El “bucle de la reivindicación” en pareja
Creemos cándidamente que elegimos libremente la pareja, y sin embargo la elección de pareja no es ni tan libre, ni tan voluntaria como pensamos.
Existen diferentes motivaciones para forma pareja, desde los puros mandatos biológicos hasta los condicionamientos culturales y refuerzos sociales de estar en pareja pasando por todas las necesidades de pertenencia, miedo a la soledad y otras muchas cuestiones intrapersonales, vivenciales e inconscientes del individuo. Por lo tanto, reconocemos la existencia de múltiples motivaciones para estar y mantenerse en pareja.
Teniendo esto en cuenta y aceptando que la elección libre de pareja solo es pertinente en el mundo Disney (y en tu caso por supuesto) vamos a reflexionar sobre el “bucle de la reivindicación” o que la otra persona en la pareja es esa persona a la que podemos seguir pidiendo.
¿Pero qué es lo que se sigue pidiendo? Fundamentalmente todo aquello que faltó con respecto a las figuras significativas de apego cuando se era niño o niña. Nos referimos a todo el afecto que las figuras principales de apego no les dieron. Esa persona se queda enganchada compulsivamente a una demanda ininterrumpida donde reivindica en el otro todo aquello que no tuvo, aquello que le faltó. A esto llamamos el “bucle de la reivindicación”.
En este caso debemos de plantearnos si realmente es un problema de pareja o es un problema que aparece en la pareja, ya que se deposita en ella un problema no resuelto con la expectativa y exigencia, diría yo, de que la pareja, el otro, se responsabilice del dolor emocional de lo vivido por la falta básica y por si fuera poco que se haga cargo para resolverlo.
Expectativa sentida como necesidad, que como se puede entender es absolutamente irreal y que irremediablemente va a provocar una constante frustración, peleas, conflictos y dolor por una herida previa que ha quedado desplazada en la pareja. Como lo hará a su vez, la rabia o la tristeza, por poner dos emociones que emergen de forma aguda y que tomarán erradamente como objetivo diana al otro al no poder cumplir la demanda irrealizable de atender y resolver ese dolor o esa herida psicológica.
La gran verdad es que lo que no ten dieron tus padres no te lo va a dar tu pareja, (pero tampoco tu trabajo, ni tu nación, etc.), porque realmente nadie puede dártelo. ¿Entonces que hacemos? Entonces, querido lector lo que hay que hacer es un duelo.
“Una pareja es la historia de un encuentro que permanece, de dos personas que no consiguen separarse”
R. Neuburguer
Las reflexiones y cuestiones planteadas en este articulo no son mías, sino que son el resultado de la sabiduría que siempre me nutre intelectualmente, de un gran maestro ,con mayúsculas, y mejor persona a la que admiro profundamente. Jose Luís Marín. Gracias.
Dr. Ricardo Bravo de Medina
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
