

Programa de Autoestima
“El darse cuenta de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”
Dr. Peretz Elkins
La autoestima de una persona es el marco de referencia, la columna vertebral o el andamiaje psicológico mediante el cual la persona se desarrolla de forma saludable, forja su carácter, y logra su autorrealización proyectándose hacia sí mismo y hacia el mundo con una personalidad madura e independiente.
No existe ningún trastorno psicológico o problema emocional que no lleve asociado una autoestima dañada.
Por lo tanto, la autoestima es una parte fundamental para que la persona alcance la plenitud y máxima expresión de sí mismo, siendo lo mejor que puede llegar a ser.
Una buena autoestima trae consigo el máximo desarrollo de las potencialidades personales y de la salud física y mental de uno mismo. Asimismo, gracias a ella se logra el mayor rendimiento y productividad académica, laboral y la serenidad creativa como principio de innovación y desarrollo. Una autoestima deficitaria actúa como un inhibidor de esta productividad, creatividad y desarrollo.
La autoestima es el resultado de un aprendizaje
Por tanto, podemos construir, reconstruir, reemplazar o modificar los aspectos de la autoestima que a lo largo de la vida puedan haberse dañado y potenciar aquellos que no se han desarrollado. En conclusión, podemos aprender cómo desarrollar la autoestima.
Construcción o reconstrucción de la autoestima
Para llevarla a cabo te guiaremos, facilitaremos y acompañaremos en el aprendizaje y desarrollo de habilidades, destrezas, actitudes y conductas encaminadas al logro de una buena autoestima superando los bloqueos y las inhibiciones. Por ejemplo:
- Trabajaremos conjuntamente construyendo una estrategia o plan de acción.
- Estableceremos objetivos con metas concretas y con tareas a realizar fuera de las sesiones.
- Remodelaremos hábitos y actitudes.
- Facilitaremos el reconocimiento de los valores propios.
- Conectaremos a la persona con sus propias necesidades y deseos.
- Diseñaremos actividades personalizadas.
- Trabajaremos la gestión del pensamiento.
- Aprenderemos a regular la impulsividad.
- Enseñaremos como manejar la agresividad de forma saludable y productiva.
Cómo alcanzar una autoestima sana
La autoestima es el eje nuclear que todo lo que somos y de todo lo que podemos llegar a ser. Para alcanzar una sana autoestima debemos tener claro los objetivos y pasos que debemos dar.
- El punto de partida es el autoconocimiento. Conocer las partes que componen el yo y cómo se manifiestan, los diferentes papeles que juega uno en la vida para buscar un equilibrio en todo ello. Además, reconocer y actualizar el propio sistema de valores. Para todo ello es necesario poder parar para pensar en uno, para poder pensarse.
- El siguiente paso será construir un buen autoconcepto revisando el sistema de creencias de la persona para derribar las barreras impuestas por uno mismo.
- Asimismo, es necesario ocuparse de aspectos relativos a la aceptación y valoración personal de uno mismo, más allá de las comparaciones tan compulsivas como insatisfactorias de lo externo.
- El manejo del asertividad entendida como la gestión positiva de la agresividad. Agresividad que a su vez podemos verla no como algo negativo sino como una energía interna, como una fuerza, empuje o presión que impulsa a una acción. Se trata de aprender a identificar y expresar emociones y pensamientos sin dañar y sin dañarse a uno mismo.
- Desarrollar la confianza en uno mismo y en el derecho de ser felices.
- La toma de decisiones. Poder decidir sin importar lo que piensen los demás. Y aprender a decidir lo que es bueno para uno mismo, no basándose en el principio de placer o en la máxima “qué me apetece”, sino “que es bueno para mí”. Esto no significa no poder disfrutar de las cosas y tener momentos para el placer sino poder ser consciente y poder elegir conscientemente.
Hacer un buen trabajo personal en la capacitación de la autoestima nos lleva a “tomar conciencia”, a “darse cuenta”, nos ayuda a “ver en vez de mirar”, a “escuchar en vez de oír”, a “sentir cuando tocamos” y a “pensar antes de hablar”. Pero sobre todo nos dota de dos grandes capacidades que son la capacidad de amar y la capacidad de elegir.