Los componentes del amor de pareja
Hoy día en general, el concepto de pareja y el sentido de la vida dentro de ella se encuentra en constante inflación como consecuencia, entre otras cuestiones, del bazar tecnológico de las redes sociales con su hedonismo y laxitud moral característicos, de la crisis emocional de vacío e insatisfacción que existe en nuestra sociedad, de la desorientación y aturdimiento en la reflexión y el pensamiento propio o del bloqueo en el desarrollo para convertirse en personas autónomas.
Como todo proceso de inflación a continuación deviene un proceso de devaluación o pérdida de valor rápido y determinante para la propia disolución de la pareja engordando de esta manera las listas de las nuevas separación y divorcios. Para este año 2020 se producirán más divorcios que matrimonios y aumentarán más de un 20% los divorcios, cuestión por otro lado asumida socialmente.
En esta devaluación rápida y progresiva de la pareja podemos observar fenómenos como por ejemplo los cónyuges hipotecarios o la rápida extensión de la formula matriomonial en la que el fenómeno de la triangulación consentida o no, conocida o no, de segundos amantes o parejas, se instalada con normalidad.
Pero entonces, ¿Qué es una pareja y cuales son los componentes que la definen?
Tomando como punto de partida necesario la construcción de una autoestima suficiente en la persona individual, la pareja es un vínculo de apego en crecimiento constante, donde conviven la pasión, la intimidad y el compromiso. El amor se compone entonces del Eros, la Philia y el Ágape (André Comte-Sponville).
Eros es el amor pasional (algo que sufrimos), el deseo, la seducción, la erotización del otro, la activación fisiológica, la atracción sexual, la ambición de poseer al otro. De los tres componentes del amor, el Eros tiene un carácter narcisista y egoísta porque nace del sentimiento de necesidad y privación. De ahí la importancia dentro de las parejas de llevar a cabo una de las reglas de oro “pide lo que quieres”.
Philia, es el amor de amistad. Se basa en el reconocimiento mutuo, la comunicación, el respeto, la aceptación, la admiración, en el interés por el otro. Requiere de la capacidad empática y de escucha, de estar dispuesto a darse a conocer en lo mas profundo, arriesgarse y exponerse al rechazo y la desaprobación. Es un acto de valentía y es dentro la Philia donde se construye esa piedra angular o pilar básico de lo que llamamos pareja, que es la intimidad.
Ágape, es el amor desinteresado o incondicional. Este tipo de amor lo podemos observar, por ejemplo, en la incondicionalidad del amor de los padres hacia los hijos o en la vocación de profesionales de la salud sobre sus pacientes. Este tipo de amor no busca reconocimiento o valoración, es un amor de generosidad que disfruta del dar más que del recibir, que reconoce al otro por el mero hecho de ser. En este amor no existe el rencor, el revanchismo o la búsqueda de reciprocidad. Este amor ayuda a la pareja a ser generoso uno con el otro en la adversidad, los contratiempos, la enfermedad, en la toma de decisiones vitales o en permitir y disfrutar del crecimiento y espacio del otro. De este amor surge el compromiso como tercer pilar de la pareja.
Finalmente decir que si la persona no ha desarrollado una autoestima válida se corre el riesgo de convertir el eros en fusión, la philia en dependencia y el ágape en sacrificio inútil (Villegas, 2017) diagnósticos comunes para los tiempos que corren.
