-Lo tengo todo, una mujer que me quiere, unos hijos estupendos, un buen trabajo, tengo salud y sin embargo, me siento vacío, siento que nada me llena, me preocupa todo y a la vez nada, ¿Qué me ocurre? –

El sentimiento de vacío es una emoción universal a la que se le suele dar una explicación en base a cambios traumáticos en la vida, como puede ser el fallecimiento de un ser querido, la salida de los hijos de casa o la perdida de un trabajo.

Pero más allá de estas experiencias con carácter interpersonal, existe un sentimiento de vacío persistente que proviene de la desconexión y abandono de nosotros mismos en relación con nuestros deseos, necesidades o fantasías.

Vivir implica un proceso suficiente de conocimiento y aceptación de uno mismo, de integración progresiva del propio Yo en base al descubrimiento de nuestras necesidades idiosincráticas y la creación de un espacio propio para poder atenderlas y dotarlas de significado.

La sensación de vacío sobreviene también como consecuencia y representación del sufrimiento emocional ante las experiencias de decepción, traición o violencia por parte de otras personas y la pérdida de confianza en uno mismo.

Este vacío no se llena con prótesis psicológicas como la comida, el juego, el alcohol, la droga, las relaciones sexuales, la pornografía o cualquier tipo de adicción, por poner algunos ejemplos, a pesar de que muchos ya lo hayan intentado con sendos fracasos y posteriores agravamientos.

A pesar de esta vida de posmodernidad tecnológica, con su propuesta de vidas imaginarias, el vacío se sigue llenando con símbolos y significados que vienen a ensamblar y constituir nuestro Yo.