Perspectiva de género y alcohol

La sociedad occidental mientras que por un lado estimula, promociona y premia un estilo de vida asociado al alcohol por otro lado estigmatiza y marginaliza a aquellas personas que desarrollan un problema de alcoholismo en un ejercicio más de perversión social con base en lo económico y, por si fuera poco, esta cuestión se torna más grave aun cuando hablamos de la mujer y el alcohol.

Los estereotipos sociales y culturales hacen que la mujer con problemas de alcohol experimenten un mayor dolor emocional, un mayor sentimiento de culpa, un deterioro en su imagen, autoestima y autoconcepto ahondando mucho más la estigmatización en los papeles de esposa o de maternaje donde son juzgadas severamente y hasta cruelmente como negligentes, abandonadoras, infieles, incapaces o inferiores, cuestión que no es vista de la misma forma en la figura del hombre, ya que el imaginario social sanciona más severamente el consumo por parte de la mujer.

El trastorno por consumo de alcohol en la mujer supone muchas veces la de un perfil de consumo furtivo, en soledad, con profundos sentimientos de culpa, quizás a la noche en casa cuando todos están dormidos, pudiendo esconder bebidas por casa para no ser descubierta. Esto implica un mundo de emociones como la vergüenza o la culpa que hace que sea más difícil que puedan pedir ayuda o que se perciba el problema con tiempo necesario para actuar y poderlas ayudar. Asimismo, muchas veces no cuentan con la misma comprensión, ayuda y acompañamiento como pudieran tener los hombres, o lo que es peor, podemos encontrar casos en los que la propia familia esconde la problemática de alcohol para no ser “salpicados” por el propio estigma y tienden a negar u ocultar el problema.

Si bien podemos reconocer una evolución en este sentido, todavía pesa ideológicamente la asignación del mundo familiar y doméstico en la mujer alejado del mundo del espacio laboral y de ocio asociado al alcohol donde quedaban marginadas.

Desde que empecé a tratar a mujeres con problemas de alcohol hace 25 años hasta la actualidad de hoy día he podido observar cómo se ha producido una evolución y equiparación social en los roles de consumo de alcohol. Actualmente se puede observar en mujeres jóvenes una mayor simetrización en cuanto a la forma de consumo, lo que por otro lado va a actuar en mayor perjuicio desde la perspectiva psicobiológica femenina.

En conclusión, ser mujer y presentar un consumo de alcohol confronta los estereotipos sociales y culturales de una sociedad con un estilo de vida, sistema de creencias y unas expectativas que sancionan, censuran, critican y que puede llegar a destruir la imagen de validez como persona de esa mujer ante la sociedad. Por lo tanto, la perspectiva de género debe ser consideradas en su tratamiento entendiendo las necesidades en base al encuadre sociocultural al que pertenecen. Aceptar un problema de alcohol en la mujer no debe implicar nunca mutilar su identidad individual y social.

Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica