¿Qué factores explican la adicción a las nuevas tecnologías?

Las conductas adictivas, caracterizadas principalmente por la pérdida de control y la dependencia, tienen lugar no como consecuencia de una única causa, sino que son el resultado de la suma e interacción de múltiples factores como son los factores biológicos, socioambientales, familiares y psicológicos, que describiremos a continuación.

Teniendo esto en cuenta, debemos ver al adolescente con un problema de adicción a las tecnologías no como un objeto sacrificial o chivo expiatorio en el que recae el principio y el final de todos los males, sino como una parte de un todo sobre la que es obligada una reflexión serena. Tender a significar a la persona con una adicción, en este caso al adolescente, como “el problema” podría resultar una simplificación o reduccionismo de un problema complejo y por lo tanto un grave error a la hora de plantear una intervención o tratamiento.

En primer lugar, nos detendremos en revisar los Factores Biológicos relacionados con las adicciones a las nuevas tecnologías. Este tipo de conducta adictiva y los rasgos de personalidad comparten componentes de heredabilidad y están fenotípicamente ligados, por lo que podemos pensar que existe una mediación genética en la aparición de este problema (Hahn, Reuter, Spinath, y Montag, 2017). Según otros estudios se concluye que la probabilidad de heredabilidad en la mujer era de un 58% y en el hombre de un 66% asociada a influencia ambiental hasta en un 40% en las mujeres (Li, Chen, Li y Li, 2014). Otros estudios identificaron un 68% de varianza explicada por la genética en el uso compulsivo de internet (Vink, van Beijsterveldt, Huppertz, Bartels y Boomsma, 2016) y en el caso de la frecuencia de uso se estimo el 41% de la varianza quedaba explicada por la genética (Long, Verhulst, Neale, Lind, Hickie, Martin y Gillespie 2016). En cuanto a la genética molecular están relacionadas con esta conducta adictiva variantes en genes como el receptor dopaminérgico DRD2, el gen de la catecolamina O-metiltransferasa, el transportador de la serotonina 5HTTLPR / SLC6A4 , el gen receptor de acetilcolina de tipo nicotínico CHRNA4  y el factor neurotrófico del gen receptor de la tirosina quinasa tipo 3 NTRK3. La edad, como en el resto de las adicciones, es un factor de vulnerabilidad en la aparición de las adicciones, así como un factor de gravedad debido a la importancia del periodo evolutivo de un cerebro y una mente altamente sensibles.  En cuanto a los factores de riesgo neurológicos y neuropsicológicos los estudios revelan un aumento en la activación orbitofrontal y la disminución de la activación en la corteza cingulada anterior, así como un peor funcionamiento ejecutivo, dificultades en el control de los impulsos y peor memoria de trabajo. Por último, en cuanto a la variable sexo los estudios no han encontrado diferencias significativas por lo que ambos sexos igualados en la génesis de la adicción.

Factores sociales y ambientales. Variables como la accesibilidad y disponibilidad de la sustancia o conducta adictiva son claves para que tengan lugar y se extiendan fácilmente. En este caso tales disposiciones las cumple con creces sumadas a otras propiedades o características como el coste accesible, o el anonimato de la propia red. Asimismo, la normalización del consumo, la banalización en su uso, la asociación al ocio en ausencia de una psicoeducación social protectora facilita bajar los brazos en la correcta gestión del uso de estas tecnologías.  La localización y la cultura también influyen en la proporción de casos de comportamientos problemáticos como ocurre en países asiáticos como Japón. Además de esto, los contenidos de las aplicaciones móviles, videojuegos, etc. están planificados como reforzadores cortos e intensos con recompensas inmediatas favoreciendo el desarrollo de conductas de impulsividad y compulsividad. Por otro lado, las relaciones sociales con el grupo de pertenencia se encuentran afincada hoy día dentro de las redes sociales, de tal forma que no poseerlas implica el riesgo a la exclusión del grupo de pertenencia y por lo tanto un daño en la autoestima. El tema de conversación en los patios de colegio versa acerca de juegos como el fortnite, Lord of Legends o redes como el whatsapp, Facebook, instagram, o aplicaciones como el tik-tok entre otras muchas.  

Dentro de los factores familiares existen unos aspectos que son claves para el correcto desarrollo de la vida familiar y minimizar la probabilidad de aparición de problemas y trastornos emocionales en los hijos y más concretamente evitar la aparición de las conductas adictivas. Estos son la comunicación, las normas y los límites, el estilo educativo, la violencia, el sistema de valores, el actuar como modelos de salud, la tolerancia, pero sobre todo la capacidad por parte de los padres de sintonizar psicológicamente con el mundo interno del niño.

Por ultimo los factores psicológicos. En este sentido podemos decir que existen factores psicológicos de predisposición que podríamos dividir en variables de personalidad y vulnerabilidad emocional (Echeburúa, Labrador y Becoña, 2009). En cuanto a las variables de personalidad debemos considerar como factores de riesgo la impulsividad, la búsqueda de sensaciones, un mayor neuroticismo y baja introversión, la timidez, escasas habilidades de relación, una baja autoestima y autoeficacia, un estilo atribucional interno, la regulación emocional, la intolerancia a los estímulos displacenteros y un estilo de afrontamiento inadecuado de las dificultades. Por otro lado, en lo que se refiere a la vulnerabilidad emocional son factores de riesgo el estado de ánimo disfórico (tristeza, ansiedad, irritabilidad), la carencia de afecto, una cohesión familiar débil y pobreza en las relaciones sociales. Igualmente, la presencia de otros problemas de salud psicológico como podría ser un TDHA aumentan el riesgo a desarrollar la adicción a las nuevas tecnologías.

En conclusión, estamos ante una realidad compleja que implica un profundo análisis y un ejercicio de autocritica por parte de todos a la hora de afrontar esta ya no tan nueva realidad. El reconocimiento de todos estos factores y otros nos prepara para llevar a cabo intervenciones y tratamientos de mayor eficacia de forma conjunta con la familia.

Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica