La tecnología de la distracción. La influencia de las nuevas tecnologías en nuestra forma de pensar.
Este sábado pasado, 14 de noviembre, se celebraron las II Jornadas virtuales de nuevas tecnologías y la psicología. En ella pude escuchar a Nicholas G. Carr, escritor estadounidense y finalista del premio Pulitzer en 2011 en su ponencia redes sociales y mente. Voy a hacer mención y reflejo de la forma más fidedigna posible de algunas de las cuestiones planteadas que me parecen determinantes y que concuerdan con mi visión y práctica clínica.
La pregunta que se hace es; ¿Cómo todas estas nuevas tecnologías nos están influyendo en nuestra mente, en nuestra forma de pensar, en el campo de la psicología del ser humano?
Todas las tecnologías han influido en la manera que pensamos, pero nunca ha habido antes una tecnología de tal magnitud que haya interactuado tanto con nosotros. Desde la llegada de los móviles se tiene esta tecnología presente de forma constante. La tenemos en la mano, la llevamos en el bolsillo o en la mochila. Por poner un ejemplo, en Estados Unidos el tiempo de conexión medio al móvil es de 9 horas. Entonces qué ocurre con nuestros procesos cognitivos cuando una herramienta tiene tanto poder.
La imagen que nos ofrecen las grandes compañías de las nuevas tecnologías está altamente idealizada y es extremadamente positiva. A esto debo de añadir dos variables claves que se aplican en la adicción para que se abra camino cualquier conducta adictiva que es la baja percepción de riesgo y la elevada accesibilidad.
Parten de dos grandes supuestos que son dos grandes falacias o mentiras y así se vienen demostrando que son:
- Se iguala la información a conocimiento: Es decir a mayor cantidad de información, mayor inteligencia. Por lo tanto, hay que aumentar el flujo de la información y la gente pensará más.
- Se iguala la Comunicación con Comunidad: O lo que es lo mismo a mayor capacidad de comunicación, mayor empatía y cercanía emocional.
Las dos premisas son falsas, y para ello debemos prestar atención al funcionamiento psicológico de la naturaleza humana.
- Se debe diferenciar entre información y conocimiento. No es cierto, por lo tanto, desde la perspectiva cognitiva que la información lleve al conocimiento. Para que nuestra mente convierta la información en conocimiento debe de trasladar la información a corto plazo o memoria de trabajo (la cual es limitada) a la memoria a largo plazo (de la cual no conocemos limite) para que se puedan crear enlaces con otros contenidos internos que pertenecen a la experiencia y establecer nexos entre lo nuevo y lo ya almacenado.
A esto debemos añadir, que por medio de la atención consolidamos y creamos las asociaciones. Sin embargo, este proceso de consolidación de la información es muy frágil ya que si se ve interrumpido sacaremos la información de la memoria de trabajo y no la consolidaremos.
Esta tecnología de los móviles es la tecnología de la distracción, interrumpen nuestra atención y por tanto el proceso de consolidación de la memoria. Cuestión que ha quedado demostrada en diferentes estudios realizados.
- Una mayor comunicación no aumenta la capacidad de empatía o entendimiento. Los estudios de psicología explican algo sencillo que es que a más información que obtengas de alguien, mayor es la probabilidad de que no te guste. Lo cual no quiere decir que no haya personas que te gusten, pero es menos probable. El término que explica esto mismo “deterioro por proximidad”.
En el contexto de las redes sociales esto es claro. En vez de provocar mayor empatía el mayor conocimiento lo que termina provocando en su mayoría es mayor rencor y rechazo por la información que se comparte en las redes sociales.
En conclusión:
Tenemos más información, pero menos capacidad de crear contenido personal, el pensamiento es más superficial. La tecnología nos quita con la distracción la posibilidad del pensamiento introspectivo, profundo. No olvidemos que los momentos reflexivos son los que abren el potencial de la mente humana y cada vez entramos menos en este tipo de pensamiento.
Mas comunicación en psicología no se traduce en mayor cercanía. Podemos observar con las redes sociales una mayor fragmentación en la sociedad y una mayor tensión y resentimiento. Las personas se tienden a agrupar con personas que piensan lo mismo.
No podemos negar el potencial de las nuevas tecnologías y el valor que tienen, pero tenemos que ser claramente por un lado más realistas y críticos sobre el efecto psicológico si queremos aprovechar los beneficios sin los peligros que acarrean. Y por otro lado debemos ser consumidores de estas tecnologías mas astutos para utilizarlos en beneficio de la sociedad.
