Los pensamientos intrusivos.

Los pensamientos intrusivos, es decir la llamada intromisión persistente e indeseable de contenidos psíquicos en forma de pensamientos, imágenes o impulsos en la mente, no solo aparecen en personas que sufren obsesiones o con rasgos de carácter obsesivo, sino que tienen presencia y representación en la mayoría de la población general.

Nuestro psiquismo está contenido de corrientes de pensamiento libres, no voluntarias asociadas a estados emocionales, a las experiencias vividas y que no atienden a las exigencias de la cultura, a las normas sociales o al ideal del yo.

Por lo tanto, la mente de cualquier persona tiene el potencial de traer ideas, imágenes o impulsos recurrentes en ausencia de censuras, lo que pueden llegar a ser perturbadoras para la persona que lo experimenta.

El problema no está tanto en la intromisión de estos pensamientos sino en la forma en la que se interpretan o vivencian. Si al hacerse consciente la persona de estos pensamientos desagradables le sigue una interpretación catastrofista, de peligro, se pueden transformar en obsesiones y terminar provocando un trastorno emocional. Consecuentemente no es el contenido de nuestros pensamientos sino la interpretación o valoración de peligro de estos lo que pone en marcha un mecanismo de sufrimiento psicológico al convertir esos “fogonazos de pensamientos” en supuestas realidades frente a las que siente responsable de dar una respuesta.

El pulular de estas corrientes de pensamientos al amparo de diversos estados emocionales al ser identificadas, captadas por el consciente de la persona, admitidas como realidades y sobreestimadas en su interpretación como peligrosas, catastrófica o inaceptables convierten una experiencia mental inocua en un trastorno emocional de carácter obsesivo.

La experiencia de intromisión, absurdidad de estos pensamientos hace que las personas no los acepte y busca “sacárselos” oponiéndose a ellos y al hacerlo reaviva y fortalece su presencia, su persistencia y su dominancia al tiempo que el propio sufrimiento personal y las conductas de compulsión que intentan regular la angustia que suponen.

La terapia cognitiva actual con sentido transdiagnóstico, no busca la eliminación de estos pensamientos, ya que son connaturales a la vida psíquica, sino que reduciendo la ansiedad y el sufrimiento personal trata como objetivos modificar la interpretación de estos pensamientos y sus consecuencias, lograr una aceptación de su propia actividad mental y la corrección de los sesgos cognitivos y creencias sobre los pensamientos para lograr unas valoraciones y estrategias más ajustadas.

Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica