La persona que tiene un problema con el alcohol piensa que una copa esta bien, dos son muchas y tres muy pocas. Traigo este ejemplo para explicar que existe un punto de cambio en la mente, donde se invierten los valores como en el negativo de una foto.

Poseer una estructura obsesiva de personalidad, no significa ni que sea algo malo ni bueno, ni supone padecer un trastorno psicológico. Todas las personas tenemos diferentes estructuras de personalidad. Esto implica, en función de la estructura predominante de personalidad, que poseemos una tendencia natural en la forma de vernos a nosotros mismos, a los demás, y una visión del mundo típica y mediada por la estructura nuclear de personalidad. Asimismo, el sistema de creencias y las estrategias que nuestra mente va a seleccionar de forma preferente ante una situación de conflicto o dificultad están vinculadas a esa estructura base.

Es decir, las personas con una estructura más obsesiva muestran de forma más notable una serie de cualidades, competencias y habilidades naturales como son el control, la responsabilidad, la sistematización, el tesón, el espíritu de sacrificio, el sentido del deber, la minuciosidad, la gran capacidad de análisis o de implicación, por citar algunos ejemplos. Pensar que el perfeccionismo es algo malo en sí es erróneo. El perfeccionismo es una cualidad que abre camino a la excelencia estando bien compensada con otros rasgos de personalidad. No obstante, dominar estas fuerzas para darles la medida adecuada suele ser la parte compleja para la persona, que en muchas ocasiones no llega a ser ni tan siquiera consciente de lo que pueda estar ocurriendo.

Como en la temperatura corporal existe una medida que entendemos dentro de una normalidad, aunque pueda diferir de persona a persona. Si aumenta la temperatura corporal hablamos de fiebre y por tanto de la existencia de enfermedad. Siguiendo la metáfora, cuando se exacerban los rasgos de personalidad volviéndose más rígidos en su forma de pensar y comportarse, entonces decimos que existe un trastorno psicológico en la persona.

El caso es que estas personas que son poseedoras del rasgo de personalidad perfeccionismo son candidatos a la combustión en entornos, como por el ejemplo el laboral, donde pueden desarrollar con facilidad el síndrome del burnout, asimismo presentan un mayor riesgo de padecer ansiedad o depresión.

El perfeccionismo puede convertirse en un “perfeccionismo disfuncional”, con base en la emoción del miedo, que dispara en la mente una corriente de pensamientos, validadas no conscientemente como hechos reales, del tipo “Si fallo en una parte, es igual de grave que si hubiera fallado en todo “o “cuantos menos errores cometo, más me parecían los demás”. Cuando esto ocurre es el momento de pedir ayuda, y abandonar la idea de que uno mismo pueden superar el problema. La supervisión del psicólogo junto con la aplicación de la metodología psicológica de tratamiento adecuada puede ayudar a la persona a entender los mecanismos de funcionamiento de su mente, a la gestión emocional y mas en concreto el miedo, y finalmente a devolverle a la persona una estructura estable de personalidad donde pueda optimizar sus propias potencialidades.

 

Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica