“Es que yo soy así”

Este es el mantra de reafirmación recurrente de quien no habiendo desarrollado su identidad suficientemente se instala rígida y adolescentemente en un argumento defensivo para justificar todo tipo de acciones y omisiones poco razonables y explicables enmascarándolas en una supuesta identidad.

Es un mecanismo que oculta dificultades en las habilidades sociales como disculparse, pedir perdón o competencias como la escucha, empatía, comunicación, realizar una autocrítica o aceptar una crítica externa. Al mismo tiempo muestra la resistencia al cambio, el conformismo, los miedos a asumir su propia vida y los cambios que esta le exige.

También aparece en personas que no saben poner límites, no dejan de hacer favores, no saben decir basta o se dejan abusar. Son personas que terminan creyendo que esas posiciones de sometimiento y subyugación o de negación de sí mismos por los demás, de las que no saben salir por las dificultades emocionales que les supone su gestión, son ellos mismos. Por lo que terminan expresando que ellos “son así”, como si esas actitudes fueran identitarias, y terminan comprando sus propios argumentos o creencias.

“Es que yo soy así” actúa como un bloqueo que impide el cambio y el desarrollo de la persona tanto individualmente como en sus relaciones interpersonales. En la relación de pareja se convierte en una forma de expresarle al otro que uno no está dispuesto a considerar la posibilidad de realizar ningún ajuste dentro de la convivencia y se posiciona en un rígido “o lo tomas o lo dejas” lo que llevará a la pareja a enfermar psicológicamente de gravedad.

Es necesario para tener una buena salud mental aprender a entender que no “somos así” sino que hemos aprendemos a ser de una determinada manera en base a muchos factores que nos han influido en nuestra vida tanto desde dentro como desde fuera. Que la flexibilidad es la base de la adaptación y la salud, que tenemos que entender y aceptar la paradoja de que somos el mismo y diferente al mismo tiempo a lo largo de toda nuestra vida en cuanto que crecemos y adoptamos nuevos comportamientos y sistemas de creencias mas adaptados. Que cambiar en el sentido de crecer no es perder la identidad sino todo lo contrario, significa estar conectados más profundamente a nosotros mismos otorgándonos una mayor identidad.

Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica