Nunca encontraré el amor que necesito. La privación emocional como trampa vital.

Roberto empezaba las relaciones con mucha ilusión, pero pasado un tiempo siempre se aburria y se sentía insatisfecho. Podía convertirse en alguien crítico, hostil y exigente con sus parejas. Todas las relaciones terminaban decepcionándole emocionalmente.

Ane se enamora siempre de hombres inasequibles. Le atraen los hombres que son fríos y distantes con ella. Sin embargo, cuando encuentra un hombre cariñoso y entregado pierde rápidamente el interés. Las relaciones de Ane son muy intensas pasando del éxtasis a la agonía.

Verónica se entrega afectivamente en la relación. Sabe que su marido le es infiel en sus viajes de trabajo. Es fría con ella, no pasan tiempo juntos y sólo se preocupa de su trabajo. Verónica tiene un hijo recién nacido y se esfuerza en satisfacer las demandas todas sus demandas.

Young y Klosko desarrollaron una psicoterapia integrativa combinando elementos cognitivos, conductuales, psicodinámicos, de las relaciones objetales y humanistas/existenciales. La psicoterapia de esquemas.

Una trampa vital o esquema es un patrón que se aprende dentro de la familia durante la crianza y se repite durante la vida. Estas van a determinar como pensamos, sentimos, actuamos y nos relacionamos con los demás. Estos esquemas son centrales en el concepto que tenemos de nosotros mismos y en la visión de los otros.

Existen esquemas positivos o adaptados y negativos o inadaptados, así como tempranos o tardíos. Pero aquí nos referimos a los esquemas tempranos inadaptados. Existen 18 esquemas tempranos inadaptados, pero aquí nos vamos a referir al esquema de “privación emocional”.

El esquema de privación emocional se basa en la creencia de que tus necesidades de amor, de soporte emocional, como el cuidado, la empatía o la protección, nunca serán satisfechas de forma adecuada. Que nadie te querrá ni comprenderá auténticamente como te sientes.

Esta trampa vital se experimenta como un profundo sentimiento de vacío. Es la imagen de una niña o un niño desatendido. La soledad de que nadie está a su lado.

Una de las características de esta trampa vital es la insaciabilidad. Por lo tanto, algunas personas se pueden volver exigentes en sus relaciones. Siempre se sienten insuficientes y demandan constantemente.

El cuidado a los otros, satisfacer las necesidades de otras personas puede ser una forma de regular internamente los propios sentimientos de insatisfacción.

Otro indicador de esta trampa vital es el sentimiento crónico de decepción de los demás. Una persona con este esquema termina con la experiencia de que los otros siempre le terminan defraudando.

Los orígenes de la privación emocional se encuentran en que el niño/a recibe insuficientes cuidados de la figura principal responsable de darle cuidado emocional (hombre o mujer).

Esa figura es fría o poco cariñosa. No coge, ni mece al niño lo necesario. El niño no tiene la sensación de ser querido y valorado. No se le da ni el tiempo ni la atención necesarios. No se sintoniza con su mundo interno de necesidades propias. No se le tranquiliza adecuadamente y no puede aprender a calmarse. No se le guía ni se le proporciona un sentido o dirección. No existe nadie sólido al que se pueda fijar.

El cambio del esquema depende del trabajo y la constancia que se le aplique. Es posible cambiar, aunque no sea un camino fácil. Es posible salir de las trampas vitales.

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Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica