El tiempo de confinamiento también es una gran oportunidad para potenciar intercambios gratificantes en una familia o pareja. Por ello os vamos a proponer algunas tareas o dinámicas que se prescriben habitualmente dentro del proceso psicoterapéutico con éxito y que ahora vamos a compartir con vosotros. Las tareas son modificables y adaptables a cada circunstancia o caso concreto y son de fácil uso en este contexto de encierro.

 

Tabla de dinámicas propuestas*

Nombre Descripción Objetivo
La tarea de los Pos-it Se pide a unos miembros de la familia que dejen post-it a otros con breves mensajes positivos. Los post-it se esconderán en sitios poco comunes, pero donde el destinatario tenga muchas probabilidades de encontrarlos Promover la consideración positiva en la familia
El mural familiar  

Elaborar un mural bien grande, que represente lo que queréis para vosotros mismos como familia, que recoja vuestros sueños y aspiraciones. En ese mural podéis dibujar, pintar, pegar fotos o recortes, pero es importante que represente las cosas que deseáis en conjunto, como familia, no sólo cada uno de vuestras aspiraciones personales.

Promover un «sentido de propósito conjunto» en la

familia

El escudo familiar Diseñar y dibujar un escudo de la familia, que represente las cosas que valoráis, vuestras cualidades como familia, vuestras aspiraciones. Acompañad el escudo con un lema que recoja lo más importante de cuanto habéis representado Descubrir y construir la identidad como familia
Cinco cualidades  

Se pide a la madre, al padre o a ambos que hagan una lista de al menos cinco cualidades de su/s hijo/s, de aspectos que valoran en ellos, de lo que les gusta de ellos como personas

Ver lo positivo y fomentar la autoestima
¿Cómo te gustaría que te recordara tu hijo? Sentarse a reflexionar y que se imagine que, en el plazo de unos meses, sufre un infarto y fallece prematuramente. ¿Cómo cree que lo recordaría su hijo? ¿Y cómo le gustaría que lo recordara? ¿Qué gestos amorosos o detalles de cariño le gustaría que su hijo conservara en su memoria? ¿De qué forma ese recuerdo le ayudaría a ser mejor persona? Introducir una dimensiona emocional positivo familiar
El trivial familiar  

Se pide que cada miembro de la familia deje por la mañana, en un lugar determinado, una tarjeta con una pregunta personal sobre sí mismo, sus aficiones o sus intereses. Por ejemplo: «¿Qué deporte practicaba de joven?» (el padre), «¿Cuál es mi actor favorito?» (la madre), «¿Cuál es la balada de heavy metal que más me gusta?» (el hijo). Las tarjetas de cada miembro de la familia son de un color diferente. Los demás tienen todo el día para averiguar cuál es la respuesta a cada una de las preguntas. Por la noche se reúnen y comprueban quién ha dado con más respuestas correctas.

Fomento de la comunicación y el conocimiento mutuo entre padres e hijos
El hijo como profesor de su padre Una vez identificado algún talento o habilidad del adolescente, se le pide que dedique un tiempo prefijado a entrenar en ella a su padre/madre. Por ejemplo, puede dedicar una hora, dos días por semana, a instruirle en el uso de algunos programas de ordenador, a enseñarle una canción a la guitarra o a cocinar un plato determinado. El adolescente debe mostrar la disposición de un buen profesor, ser claro y paciente. El progenitor debe actuar como un alumno aplicado y seguir las indicaciones de su maestro. Acercamiento y vinculación positiva
La carta a los padres  

Proponemos a la adolescente que, cuando se sienta agraviada o injustamente tratada por sus padres, escriba dos cartas. En la primera debe desahogarse expresando todas sus emociones negativas. Tras redactarla, escribirá una segunda, ya más matizada y calmada. En ella explicará a los padres qué es lo que le ha sentado mal, les pedirá algún cambio concreto en su forma de tratarla y ofrecerá también un pequeño cambio suyo. La primera carta se destruye, la segunda puede entregarse a los padres.

Gestión de la impulsividad y de las emociones
El álbum de los buenos momentos Se propone a la pareja realizar un álbum de fotos que recoja su vida en común desde el noviazgo. Las instantáneas deben representar los momentos más especiales, hasta crear con el álbum la historia de pareja que ambos quieren recordar. Al lado de cada fotografía pueden escribir entre los dos qué recuerdos les suscita Potenciar los aspectos emocionales positivos
El bote de los deseos  

Se propone a la pareja que cada uno prepare su propio «bote de los deseos», con diez deseos escritos en papelitos de colores. Los deseos deben ser concretos y pequeños, fáciles de cumplir por la otra persona. La tarea consiste en que cuando un miembro de la pareja desee cumplir un deseo al otro, puede abrir el bote y coger un papelito. Si cumple el deseo, tira el papel; si en ese momento no le apetece o no puede realizarlo, lo devuelve al bote y elige otro. Cada uno tiene que estar atento a que en su bote siempre haya diez deseos

Introducir intercambios positivos, añadiendo el

elemento del «pedir» de una forma abierta.

*Mark Beyebach y Marga Herrero de Vega. “200 tareas en terapia breve individual, familiar y de pareja”. 2010. Herder. Barcelona

Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica