¿Quieres saber cómo son tus patrones mentales?
Para algunas personas la consecución de un logro puede producir nerviosismo y angustia al mismo tiempo que una frustración puede resultar un desafío esperanzador. La explicación está en los patrones de pensamiento que poseemos.
La forma en la que pensamos determina nuestros estados emocionales e influye de forma definitiva en las decisiones que tomamos o creemos que tomamos libremente. Emociones como el miedo que no nos dejan avanzar, crecer y desarrollarnos en el trabajo, en la pareja o en otros ámbitos. La angustia que nos invade cuando vemos enfadada a una persona afectivamente cercana, o cuando sentimos la desaprobación o nos frustramos en el trabajo. Angustia sobre la que nos preguntamos su origen y la mejor forma de gestionarla sin obtener respuestas claras. Estos son ejemplos de sucesos que tienen su origen en la forma de pensar, en el formato de la estructura de pensamiento.
Existen estrategias de pensamiento basadas en contenidos que se repiten de forma consistente del tipo “Si, pero…”, “Si yo tuviera…”, “¿cómo es posible que…?”, “A pesar de…”. Esta forma habitual de pensar, como los aspectos de la propia personalidad, poseen la característica de que generalmente son ciegos para la propia persona.
La persona ha aprendido desde la crianza a pensar con unos patrones determinados que no llegan a cuestionarse y se toman como verdades, como por ejemplo la negatividad, la defensividad, la evitación, la discordancia, etc. Esto tiene como consecuencia que su bienestar y felicidad este mediatizada en gran medida por la forma de pensar construida en el pasado.
Por tanto, los patrones de pensamiento los podríamos definir como la forma habitual con las que la persona se enfrenta cognitiva y emocionalmente a la realidad y con los que interpreta y valora su relación con ella. Estos patrones son producto del propio sujeto como resultado de sus predisposiciones y su experiencia.
Las personas, por tanto, aprendemos a enfocar los problemas con estrategias propias que se repiten ante diferentes situaciones y respondemos e interpretamos lo que nos pasa en base a los patrones construidos previamente. El problema viene cuando estos patrones carecen de eficacia y vemos que aparecen complicaciones en nuestras vidas de forma reiterada. Incluso la persona puede ser consciente de la ineficacia de estas formas de pensar y del sufrimiento que le causan y se dice a si misma “pero porqué tengo que pensar así” o “pero porque me tengo que angustiar por esta tontería”, sin saber muy bien como producir el cambio.
Que el modo de situarnos ante la vida sea activo, espontáneo y fluido, que logremos buen grado de ajuste emocional, satisfacción y eficiencia y que el enfoque ante la vida sea constructivo con una buena capacidad de superación, iniciativa y proyectos dependerá de la forma en la que nuestra mente se enfoque para captar e interpretar la realidad.
En la actualidad, desde la psicología clínica, podemos evaluar a la persona para desvelar los patrones de pensamiento y ayudarle a tomar conciencia de estos, lo que le permitirá, una vez identificados, abordarlos para cambiarlos.
Los patrones mentales son responsables de nuestra felicidad y eficiencia. Conocerlos nos facilita la comprensión y gestión de nuestras emociones y conductas.
SI quieres saber las estrategias que utiliza tu mente para anticipar, interpretar, reaccionar, evaluar y explicar la realidad ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a hacerlas conscientes mediante una entrevista clínica y la administración de test psicométricos para tal fin.
Dr. Ricardo Bravo de Medina
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
