0-18 meses
En esta etapa el infante enfermo responde principalmente al dolor físico, al malestar y a la presencia de personas extrañas. Muestra un gran temor ante la ausencia de sus padres. Hay ausencia del concepto de tiempo que impide una comprensión madura acerca de la temporalidad de una enfermedad o acerca de la muerte.
18 meses – 5 años
En esta etapa el desarrollo lingüístico y las conductas de género son muy significativos. Puede ubicar la parte donde está localizada la enfermedad. En esta etapa el niño ya tiene conciencia de que padece una enfermedad grave, aunque considera que la enfermedad está siempre causada por factores externos o achacado a accidentes.
Iguala la muerte a un sueño en el que hay perdida de movilidad, separación o un mal funcionamiento que considera ser sólo temporal. Su pensamiento mágico le lleva a pensar que los muertos tengan vida propia, que coman, respiran y se mueven de un lugar a otro. Es habitual que puedan vivir la enfermedad y la muerte como “castigo” por malos pensamientos – la culpa -, o comportamientos como haberse peleado con un hermano, haber mentido o no haber deseado lo mejor para alguien cercano.
En esta edad se siente invencible protegiéndose así de los temores propiciados por la enfermedad del cáncer.
5-6 años
La maduración que se va a producir en él le pueden llevar a la idea de que su salud mejorará en el futuro con el tratamiento. Puede comprender la relación entre partes de su cuerpo y su funcionamiento. Ahora no solo identifica factores externos, sino que también internos en la enfermedad. Tiene gran interés por su cuerpo y aparece el miedo a la mutilación.
En esta etapa la hospitalización supone la separación de la escuela y sus amigos.
En cuanto a la muerte piensa que es selectiva y que afecta sólo a los más ancianos. Tiende a personificarla, de forma que e frecuente que para él la muerte esté representada por el “hombre vestido de negro” o algún otro personaje parecido. También piensa que se pueden producir cambios postmortem.
7-13 años
En esta etapa ha desarrollado un concepto maduro de lo que es la muerte como un fenómeno universal, permanente y además irreversible condicionado el momento de esta aparición a sus experiencias de vida.
Preadolescencia y adolescencia
Es el pensamiento formal: Ya se tiene un concepto maduro del cuerpo y de sus funciones. Admite que existen causas desconocidas de la enfermedad. El temor a perder el control, las luchas de poder y la vergüenza a ser diferente al resto del grupo de su edad predominan fuertemente durante el desarrollo de la enfermedad. Son habituales las fantasías de omnipotencia lo cual puede conllevar a ciertas conductas de riesgo, en tanto se sienten inmortales. Manejan el mecanismo de defensa de la negación ante la amenaza que supone la muerte, la propia y de las personas allegadas a ellos.