Ansiedad y rendimiento cognitivo

Un universitario que sufre un trastorno de ansiedad me pregunta frustrado porqué le cuesta tanto estudiar para los exámenes. Cuenta que se pasa horas en la biblioteca estudiando, pero sus notas terminan siendo muy discretas. La capacidad para mantener la atención sostenida y para retener en la memoria la materia de estudio se ha reducido significativamente.

Esta es una de las consecuencias de padecer un trastorno de ansiedad, sobre todo ante condiciones de estrés. Estas personas van a experimentar en su mayoría un déficit en su rendimiento cognitivo. Sobre la relación existente entre elevación de la ansiedad y disminución del rendimiento cognitivo existe abundante evidencia científica y diferente modelos teóricos explicativos.

A pesar de que nuestro cerebro no procesa los recuerdos en una sola región se acepta que el “Hipocampo”, junto con partes de la corteza prefrontal y el lóbulo temporal, es el centro de la memoria, el lugar donde se almacena la memoria y de donde se evoca la información. Mientras que la parte posterior del hipocampo se encarga de almacenar la esencia de los acontecimientos vividos la parte anterior retiene los detalles. Esta región es la más cercana a la “Amígdala” que se encarga de todos los contenidos emocionales vividos, lo que permite fijar o consolidar mejor los recuerdos (huella mnésica) al dotarles de un contenido emocional. El Tálamo finalmente se encarga de trasmitir las vivencias significativas de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.

Todos estos procesos quedan sustancialmente alterados para una persona que sufra de trastorno de ansiedad. El problema añadido es que la persona puede terminar creando una autoimagen distorsionada de si misma porque se evalúa como torpe, incapaz o simplemente “tont@” con lo que su autoconcepto y su autoimagen quedan muy dañados provocando unas sensaciones de frustración y malestar muy potentes de las que tratará de escapar no exponiéndose a los exámenes, abandonando los estudios o no aceptando en el futuro retos o desafíos en la creencia distorsionada de que no será capaz.

En síntesis, los trastornos de ansiedad y el estrés con la famosa hormona cortisol a la vanguardia tienen efectos desastrosos sobre los procesos de atención, el aprendizaje y la memoria.

Y ¿Qué podemos hacer frente a esto? Para las personas que sufran estrés de forma cotidiana es muy importante poner en marcha contramedidas como llevar una buena alimentación, hacer ejercicio moderado diario, estiramientos matutinos, mantener conversaciones cara a cara, dormir bien, practicar meditación, ejercicios de relajación y respiración profunda de forma diaria, andar despacio, secuenciar las tareas, evitar las cafeínas, el alcohol y las drogas. Para las personas que ya padecen un trastorno de ansiedad, sin duda hacer tratamiento psicológico para gestionar el estrés o los factores ambientales y personales que están a la base de esa ansiedad excesiva y no permitir que se agrave su situación.