El tedio y la monotonía habían anidado sin mucha dificultad en la existencia de Román, un hombre tan joven como solitario y melancólico que decepcionado y sin fortuna en la ruleta del amor, desojaba los tristes días y las vacías noches. Desde esa vida plana y su frágil salud veía con resignación depresiva como se apagaban las pocas relaciones que le quedaban. Entonces suspiraba con ser como otros, más sociable, más alegre, con don de gentes, ambicioso…. “si yo fuese otro”.
Un día, ocurre algo que sacude su vida. Recibe un regalo. El don de poder adueñarse de los aspectos y partes de la personalidad de otros seres a cambio de aspectos de su propio yo.
Román acepta sin dudar un momento este regalo y como si de un atracón se tratara, empieza a tomar de otras personas todas aquellas partes y aspectos psicológicos idealizados que tanto anhelaba.
Sin embargo, todas aquellas partes que iba tomando de los demás y perdiendo de sí mismo le iban trasformando en otro ser. Y cuantas más partes idealizadas tomaba de los demás más vacío sentía.
No entendía como tomando lo mejor de otros se iba sintiendo más y más vacío hasta el punto de no poder recordar quien era antes de empezar todo.
Román tras llenarse de lo anhelado e idealizado en los otros termina descubriendo amargamente que se ha quedado con un vacío extremo y psicológicamente moribundo.
Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica