La vida puede parecer difícil, dura y llena de desafíos por varias razones:

  1. Complejidad Humana: Somos seres complejos con emociones, pensamientos y experiencias únicas. El ser humano está lleno de contradicciones y ambivalencias que tendrá que resolver a lo largo de su vida. Esto puede llevarnos a enfrentar situaciones complicadas y a veces difíciles de manejar.
  2. Cambio e Incertidumbre: El cambio es una verdad universal. La vida está en constante cambio, lo que puede generar incertidumbre y estrés. Adaptarnos a nuevas circunstancias y tomar decisiones importantes puede ser abrumador. La adaptación es la base de la supervivencia.
  3. Dificultades y Pérdidas: La vida no está exenta de dificultades y pérdidas, como la muerte de seres queridos, problemas de salud, rupturas, fracasos laborales, entre otros. Estas experiencias pueden ser devastadoras y difíciles de superar.
  4. Expectativas Sociales: A menudo nos vemos presionados por expectativas sociales, ya sea en el trabajo, en la familia o en la sociedad en general. Estas expectativas pueden generar estrés y ansiedad por cumplir con ciertas normas y estándares. Al mismo tiempo pueden marcar nuestro carácter y la forma en la que nos comprendemos a nosotros, a nuestras relaciones y la visión del mundo que tengamos.
  5. Desafíos Personales: Cada individuo enfrenta desafíos personales que pueden variar desde problemas emocionales o de autoestima, hasta la superación de adicciones o conflictos internos. Es común observar los problemas de autoestima con sentimientos de inferioridad y de falta de confianza, o el miedo a la desaprobación o rechazo de los demás.
  6. Resiliencia y Crecimiento: A pesar de la dureza de la vida, es importante recordar que enfrentar desafíos también nos da la oportunidad de crecer y desarrollar resiliencia. Las dificultades pueden fortalecernos y enseñarnos lecciones valiosas. Para ello necesitaremos figuras de apoyo relevantes para poder empezar o hacer un trabajo personal que nos permita conocer nuestras recursos y potencialidades así como aprender a ponerlos en marcha.
  7. Perspectiva Individual: La percepción de que la vida es dura puede variar según las circunstancias y la perspectiva individual. Lo que puede ser un desafío para una persona puede no serlo tanto para otra. La disposición o actitud con la que aprendemos a enfrentar la vida marca mucho la diferencia. Es una actitud psicológica que integra un auto diálogo interno con nosotros mismos de tipo comprensivo y compasivo entendiendo los límites de la propia existencia y nuestra propia humanidad.

Señalar estas razones no olvida también las realidades sociales, culturales, económicas y contextuales de muchas personas en el mundo.

Afrontar la dureza de la vida requiere valentía, resiliencia y apoyo emocional. Es importante buscar formas saludables de lidiar con el estrés y la adversidad, como buscar ayuda profesional, rodearse de personas que nos apoyen y practicar el autocuidado. A pesar de los desafíos, la vida también puede ofrecer momentos de alegría, amor y realización que hacen que valga la pena enfrentar las dificultades.

Dr. Ricardo Bravo de Medina Hernández.

Especialista en Psicología Clínica