LA NECESIDAD DE AGRADAR A LOS DEMAS

¿Por qué terminamos cediendo el control de nuestras vidas a otras personas?

Durante la infancia todo niño de entre 5 y 12 años debe satisfacer 5 necesidades básicas para su correcto desarrollo como son; La seguridad básica y afecto seguro que permita que el niño(a) se sienta querido y protegido por sus padres sea de forma física y/o emocional; La relación con los demás y expresión de las emociones haciendo que el niño pueda emitir emociones y/o expresiones hacia los demás y también consigo mismo; La autonomía que permita que el niño(a) sea responsable de sus actos, tome decisiones sin que los padres se impongan a ello; La Autoestima; La Autoexpresión, la espontaneidad y juego que sepa cuáles son sus derechos como niño(a) sin represiones; y los Límites realistas. Que el niño(a) lleve un control de sus conductas con los demás y con el mismo.

Dentro de la necesidad básicas comentada de autoexpresión originada por problemas tempranos en el desarrollo que hace que la persona vaya aprendiendo y adoptando una posición de subyugación y sometimiento en las relaciones interpersonales. Soportan muy mal estar en conflicto o en el enfado con otros y ceden a la angustia y a la presión fácilmente. Estas personas sacrifican sus necesidades y deseos por agradar a los demás o para satisfacerlos.

Pero ¿cuáles son las razones principales por las que esas personas permiten que les controlen? Existen dos motivos fundamentales para ceder el control y la responsabilidad de la propia vida que son:

  1. Por el miedo a ser castigado o abandonado. Estas personas esperan que los demás sean agresivos, revanchistas o les abandonen si llegan a expresar sus necesidades o sentimientos auténticos por lo que evitan expresarlos no pudiendo mostrarse auténticamente y fortaleciendo estas ideas. La emoción principal es el miedo.
  2. Para evitar el sentimiento de culpa. Ante la idea de expresar sus pensamientos o sentimientos, a decir no o poner límites temen que se pueda causar daño o dolor emocional a la otra persona, lo que les convertiría en agresores viviéndolo con gran angustia y les emergería un sentimiento de culpa de gran intensidad del que van a querer escapar rápidamente habitualmente cediendo ante el otro de nuevo. La emoción principal aquí es la culpa.

Por lo tanto, permites que te controlen por dos motivos: para huir del miedo, basada en una creencia del tipo “serás castigado o abandonado si te muestras como eres” y para evitar la culpa, basada en una creencia nuclear del tipo “dañarás a otras personas si solo piensas en ti”.

Por lo tanto y solo mediante la identificación de este tipo de creencias y la gestión de las emociones que subyacen como son el miedo al abandono (soledad, desamparo, desvalimiento…) y al sentimiento de culpa es posible aprender a resolver esa necesidad básica que permite la expresión libre de lo que somos ysin la cual quedamos atrapados en los deseos y necesidades de los demás para terminar enfermando psicológicamente.

Dr. Ricardo Bravo de Medina

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica