Desde muy pequeños se nos enseña, y así lo aprendemos (interiorizamos y automatizamos) sin cuestionarlo ya que carecemos de capacidad para ello, que las emociones se clasifican en malas y buenas, o en positivas y negativas. En ese regusto del ser humano por clasificar, como fórmula de economía psicológica, es como si hiciésemos una raya […] Read More